Flujo de remesas a Nicaragua se aceleró en enero

El crecimiento en las remesas de enero alcanzó el 11.95 por ciento, una tasa de crecimiento no vista en los últimos años, muestran las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN).

En el primer mes de este año al país entraron 102.1 millones de dólares en concepto de remesas familiares, mientras que en igual mes de 2016 fueron 91.2 millones de dólares. Esta es la primera vez que se superan los 100 millones de dólares durante el primer mes de 2016, en los últimos años la cifra percibida oscilaba entre 80 y 90 millones.

Asimismo, en los años previos la tasa de crecimiento en los envíos durante ese mes oscilaba entre tres y cuatro por ciento.

En enero Estados Unidos se mantuvo como el mayor emisor de esos ingresos, con 54.1 por ciento del total de los envíos (unos 55.2 millones de dólares).

Según datos de la organización Nicasmigrante, con base en datos de migración de los Estados Unidos, en ese país hay unos 450 mil nicaragüenses, de los cuales unos 335 mil tendrían un estatus migratorio legal y el resto, unos 115 mil, estarían de forma ilegal.

El segundo país emisor de remesas familiares a Nicaragua es Costa Rica, con una participación de 22.4 por ciento, “manteniendo el comportamiento observado en 2016”, según difundió el BCN en una nota de prensa.

Ese nivel de crecimiento en las remesas a Nicaragua es la secuencia de envíos que se ha venido registrando en los últimos meses, coinciden el economista Luis Murillo y la coordinadora de Nicasmigrante, Martha Cranshaw.

“La estabilidad y crecimiento económico ha determinado en las remesas de los nicaragüenses no solo de los Estados Unidos, también de Costa Rica y Panamá que es de donde también envían dinero”, dijo Murillo.

Por su parte, Cranshaw sostiene que durante este año el crecimiento de las remesas va a ser leve pero sostenido y que es muy prematuro para especular que ese crecimiento sea efecto de las políticas del nuevo presidente estadounidense Donald Trump.

El mandatario ha anunciado que pretende crear una ley de impuestos para confiscar los envíos de remesas fuera de ley, es decir lo que envían los ilegales. En el caso de los migrantes legales tendrían que pagar el dos por ciento del total de las remesas, citan medios de comunicación internacionales.

De no poder aprobar el impuesto a las remesas, la administración federal podría crear un impuesto para las transferencias electrónicas, lo que afectaría a los bancos y a empresas especializadas en envíos de remesas, ya que pretenden obligar a esas compañías a exigir el estatus migratorio de la persona que lo envía, aunque legalmente no está autorizado

Respecto a este comportamiento de las remesas hacia Nicaragua en enero, Cranshaw plantea las siguientes hipótesis: “La primera es que la población está mandando cantidades mayores pensando en la posibilidad de su retorno, la dos es que no saben cómo se va aplicar el impuesto de las remesas”.